viernes, 10 de diciembre de 2010

Mauricio Jiménez




El Día de tu Boda

El día de tu boda me sentaré en primera fila
para mirar bien tu cara
cuando respondas que sí.

Llegaré con mi barba de días,
esa camisa que odias,
tal vez un saco y mis jeans.

Le daré un beso mustio a tu madre,
un arrimón a tus primas
y me rascaré el zumbido del oído con el meñique
cuando tus suegros -de lejos-
quieran saber quién soy.

Cuando el padrecito pregunte
si alguien tiene objeción alguna,
yo toseré nomás pa ver
la reacción de tus parientes.

Te prometo no bailar con la novia
por el bien de tus pies
y hasta me comeré todo lo que sirvan,
excepto el pastel,
ese lo pediré para llevar
envuelto en un cisne.

Cuando pasen tu zapato para la coperacha
le echaré una sonora moneda de a veinte
y si se cae tu recién casado
durante la víbora de la mar
no preguntes quién fué.

En la mesa de regalos dejaré
unos calcetines nuevos para tu nuevo galán
y un frasquito del perfume que se rompió
el día en que peleamos.

Al llegar a la casa
le daré al loquito del barrio el pastel
— hay dulzuras que ni yo me trago.

Intentaré dormir solo en tu noche de bodas,
y sólo te pido, mi amor,
que no lo hagas tú también

El día de tu boda me sentaré en primera fila
para mirar bien tu cara
siempre he querido verte feliz.

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