jueves, 29 de diciembre de 2011

Dylan Thomas (Swansea, Gales, 27 de octubre de 1914 – † Nueva York,9 de noviembre de 1953)




LA LUZ IRRUMPE DONDE NINGÚN SOL BRILLA


La luz irrumpe donde ningún sol brilla,
donde no se alza mar alguno, las aguas del corazón
impulsan sus mareas;
Y, como rotos fantasmas con tocas de luciérnagas
las cosas de la luz
desfilan por la carne, donde no hay carne alguna que atavíe los huesos.

Una vela en los muslos
calienta la juventud y el semen y quema la simiente de la edad;
donde ningún semen se agita,
el fruto del hombre se despliega en las estrellas,
lustroso como un higo;
donde no hay cera alguna, muestra su pábilo la vela.

El alba irrumpe atrás de los ojos;
desde ambos polos, cráneo y piel, la sangre tempestuosa
como un mar se desliza;
sin cercas ni vallados brotan los surtidores
del cielo hacia la vara
prediciendo en la sonrisa el óleo de las lágrimas.

La noche ronda en las órbitas,
como una luna de alquitrán, límite de los globos;
el día ilumina el hueso;
donde no hay frío alguno, el ciclón deshollador desata
las ropas del invierno;
la película de la primavera se cuelga de los párpados.

La luz irrumpe en solares ocultos,
En las crestas del pensamiento donde los pensamientos huelen en la lluvia,
cuando muere la lógica,
el secreto del suelo crece a través del ojo,
y la sangre al sol brinca
en terrenos baldíos donde el alba hace un alto.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Luis Cernuda (España)




Más que a nadie


Que te quiero más que a nadie y más que a nada,
te lo he dicho con mis ojos centinelas,
te lo he dicho con mis manos que te celan,
te lo he dicho con mi lengua enamorada.

Que te quiero más que a cualquier otra cosa
te lo he dicho con el sol y los cometas,
te lo he dicho con el viento y la veleta,
te lo he dicho con el agua luminosa.

Que te quiero, te quiero, mujer.
Que te quiero y no hay nada que hacer.

Que te quiero sobre todas las mujeres,
te lo he dicho con el pan de cada día,
te lo he dicho con el miedo y la alegría,
con el tedio que nos mata y que nos muere.

Que te quiero como nunca te han querido,
te lo he dicho recreándome en la suerte,
más allá de la vida con la muerte,
más allá del amor con el olvido.

Que te quiero, te quiero, mujer.
Que te quiero y no hay nada que hacer.

Más que a nadie y más que a nada.


miércoles, 21 de diciembre de 2011

Virgilio Piñera (Cuba)




TESTAMENTO


Como he sido iconoclasta
me niego a que me hagan estatua:
si en la vida he sido carne,
en la muerte no quiero ser mármol.
Como yo soy de un lugar
de demonios y de ángeles,
en ángel y demonio muerto
seguiré por esas calles…
En tal eternidad veré
nuevos demonios y ángeles,
con ellos conversaré
en un lenguaje cifrado.
Y todos entenderán
el yo no lloro, mi hermano….
Así fui, así viví,
así soñé. Pasé el trance.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Fernando Palenzuela (Cuba)




ESFERA INACABADA

1

Como un círculo que no se cierra
O un perro que no alcanza a morderse la cola
Tengo que iniciarme en el rigor de embellecer lo ausente
Y si alguien clava el silencio a mi ventana
Repetirme ilegible ante el escorpión de la tristeza
Desde este instante sello todas las salidas
Y a mi casa sólo entran los números mordidos
Los pasajeros de la fiebre
Las cabezas cortadas
Aquel perfume tuyo hermanado a la magia
Y si preguntan por el llanto
Que no lo busquen debajo de la cama
Ni detrás de los espejos vírgenes
Ni entre las hojas podridas de mis ojos
Ni más allá o más acá de las palabras
De las que siempre desconfío
Porque el arco tensado de mi espíritu
Anula la posibilidad de cualquier fuga
El tiempo se encargará de traicionarme.

2

Cuando se sueltan los demonios del habla
Siempre es muy peligroso devolverlos al punto de partida
Regresarlos
A esas intolerables cajas de donde salieron
Navegantes de ríos que atraviesan al amanecer
El puñal de lo oscuro transparente empuñado
Ellos están de pie contra la piel de los duelos a muerte
No transforman las constelaciones
Ni el sabor a primavera
De las caricias impartidas
Por la mujer que amamos
Sin embargo algo extraño sucede
Si comienzo a socavarme a mí mismo
Extenderé el abismo y urdiré la trama
En los que pueda estampar mi incompleta ceniza.

3

Si partiera de cero nuevamente
Hasta llegar al punto en que la llama
Se hace un arco de solitarias lenguas inconclusas
Abrazaría aquel lejano fuego irrepetible
Que marcara mi piel desde el principio
Lo único solo
Sobreviviendo a los arrecifes de los encantamientos
Al giro del compás que no alcanza a cerrar
La totalidad que me devuelva al cero de mi imagen.
Desalojado
De una órbita más transparente que el final entrevisto
Queda sin completar la cifra inalcanzable ya
El cisne y el arpa de mi carne
Arrastran el azar sin rostro
La magia que trabaja en lo invisible
Entrelazado a todo lo real
El principio coincide con el fin
Y comienza otra vez
Esfera inacabada.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Olga Orozco (Argentina)




La Mala Suerte


Alguien marcó en mis manos,
tal vez hasta en la sombra de mis manos,
el signo avieso de los elegidos por los sicarios de la desventura.
Su tienda es mi morada.
Envuelta estoy en la sombría lona de unas alas que caen y que caen
llevando la distancia dondequiera que vaya,
sin acertar jamás con ningún paraíso a la medida de mis tentaciones,
con ningún episodio que se asemeje a mi aventura.
Nada. Antros donde no cabe ni siquiera el perfume de la perduración,
encierros atestados de mariposas negras, de cuervos y de anguilas,
agujeros por los que se evapora la luz del universo.
Faltan siempre peldaños para llegar y siempre sobran emboscadas y ausencias.
No, no es un guante de seda este destino.
No se adapta al relieve de mis huesos ni a la temperatura de mi piel,
y nada valen trampas ni exorcismos,
ni las maquinaciones del azar ni las jugadas del empeño.
No hay apuesta posible para mí.
Mi lugar está enfrente del sol que se desvía o de la isla que se aleja.
¿No huye acaso el piso con mis precarios bienes?
¿No se transforma en lobo cualquier puerta?
¿No vuelan en bandadas azules mis amigos y se trueca en carbón el oro que yo toco?
¿Qué más puedo esperar que estos prodigios?
Cuando arrojo mis redes no recojo más que vasijas rotas,
perros muertos, asombrosos desechos,
igual que el pobrecito pescador al comenzar la noche fantástica del cuento.
Pero no hay desenlace con aplausos y palmas para mí.
¿No era heroico perder? ¿No era intenso el peligro?
¿No era bella la arena?
Entre mi amado y yo siempre hubo una espada;
justo en medio de la pasión el filo helado, el fulgor venenoso
que anunciaba traiciones y alumbraba la herida en el final de la novela.
Arena, sólo arena, en el fondo de todos los ojos que me vieron.
¿Y ahora con qué lágrimas sazonaré mi sal,
con qué fuego de fiebres consteladas encenderé mi vino?
Si el bien perdido es lo ganado, mis posesiones son incalculables.
Pero cada posible desdicha es como un vértigo,
una provocación que la insaciable realidad acepta, más tarde o más temprano.
Más tarde o más temprano, estoy aquí para que mi temor se cumpla.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Carmen Bruna (Quilmes, Provincia de Buenos Aires, La Argentina, 1928)




La danza de la muerte


Todos tendremos algún día
el mismo rostro terrible
la muerte ganará siempre nuestras partidas de ajedrez.
Todos danzaremos,
negras figuras recortadas,
contra el blanco horizonte iluminado.
Nos miraremos en el espejo,
sólo veremos una calavera y un puñado de huesos
entre las raíces secas de un rosal
cuyas flores fueron rojas
y latieron como corazones
hace ya mucho tiempo.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Charles Baudelaire (Francia)



Un hemisferio en una cabellera


Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir recuerdos al aire.

¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música.

Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y de mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana.

En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor.

En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en un diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes.

En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la no-che de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco.

Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes, me parece que como recuerdos.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Luis Cernuda (España, 1902-1963)




No es el amor quien muere...


No es el amor quien muere,
somos nosotros mismos.

Inocencia primera
Abolida en deseo,
Olvido de sí mismo en otro olvido,
Ramas entrelazadas,
¿Por qué vivir si desaparecéis un día?

Sólo vive quien mira
Siempre ante sí los ojos de su aurora,
Sólo vive quien besa
Aquel cuerpo de ángel que el amor levantara.

Fantasmas de la pena,
A lo lejos, los otros,
Los que ese amor perdieron,
Como un recuerdo en sueños,
Recorriendo las tumbas
Otro vacío estrechan.

Por allá van y gimen,
Muertos en pie, vidas tras de la piedra,
Golpeando la impotencia,
Arañando la sombra
Con inútil ternura.

No, no es el amor quien muere.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Roque Dalton (San Salvador)




Y sin embargo, amor


Y sin embargo, amor, a través de las lágrimas,
yo sabía que al fin iba a quedarme
desnudo en la ribera de la risa.


Aquí,
hoy,
digo:
siempre recordaré tu desnudez en mis manos,
tu olor a disfrutada madera de sándalo
clavada junto al sol de la mañana;
tu risa de muchacha,
o de arroyo,
o de pájaro;
tus manos largas y amantes
como un lirio traidor a sus antiguos colores;
tu voz,
tus ojos,
lo de abarcable en ti que entre mis pasos
pensaba sostener con las palabras.


Pero ya no habrá tiempo de llorar.


Ha terminado
la hora de la ceniza para mi corazón.


Hace frío sin ti,
pero se vive.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Tomás Segovia (Valencia, España)




Desnuda aún, te habías levantado...


Desnuda aún, te habías levantado
del lecho, y por los muslos te escurría,
viscoso y denso, tibio todavía,
mi semen de tu entrada derramado.

Encendida y dichosa, habías quedado
de pie en la media luz, y en tu sombría
silueta, bajo el sexo relucía
un brillo astral de mercurio exudado.

Miraba el tiempo absorto, en el espejo
de aquel instante, una figura suya
definitiva y simple como un nombre:

mi semen en tus muslos, su reflejo
de lava mía en luz de luna tuya
alba geológica en mujer y hombre.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Paolo Astorga (Perú)




Afuera


Afuera
sólo existe el estío.
Hay muchos rincones invisibles donde soñar
hay mucha arena para llenar nuestros zapatos,
y sólo hay un lecho
un nombre que abandona nuestras bocas.
Afuera
sólo silencio.
Viejos amores en cuclillas caminan dejando sus semillas
y detrás de sus espaldas
derriban las estatuas
sin saber nunca
que son ellos mismos
los que hirieren sus ojos bajo la luz
de un horizonte incomprendido.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Gérard de Nerval (Francia)




El desdichado


Yo soy el tenebroso, -el viudo, -el desdichado,
el príncipe de Aquitania de la torre abolida:
mi sola estrella ha muerto, -y mi laúd constelado
ostenta el negro Sol de la Melancolía.

En la noche de la tumba, tú que me has consolado,
devuélveme el Posílipo y el mar de Italia,
la flor que tanto gustaba a mi corazón desolado,
y el ramaje donde la vid se une a la rosa.

¿Soy Amor o Febo?… ¿Lusignan o Biron?
Mi frente aún está roja del beso de la reina;
he soñado con la gruta donde nada la sirena…

Y dos veces vencedor crucé el Aqueronte:
modulando por turno en la lira de Orfeo
los suspiros de la santa y los gritos del hada.

martes, 1 de noviembre de 2011

Pietro Aretino (Italia)




- 1 -


-Follemos, alma mía, vamos a follar
que para follar todos nacemos.
Si tu adoras el carajo, yo amo la higa,
y un carajo sería el mundo sin todo esto.

Y si follar después de muerto fuese honesto,
yo diría: -Moriremos de tanto follar
para más allá follar a Adán y a Eva,
que encontraron un morir tan deshonroso.

-De veras digo que si esos bribones
no hubieran comido la fruta traicionera,
sé que hoy no retozarían los amantes.

Mas dejémonos ya de cháchara. Hasta el
corazón
hinca el carajo, y haz que allí se parta
el alma, que en la verga nace y muere.

Y, si es posible, fuera
de la higa no dejes los cojones,
del placer de follar siempre testigos.


-2-


-Méteme un dedo en el culo, viejote
e híncame la verga poco a poco.
Alzándome bien esta pierna haz buen juego.
Luego menéate sin remilgos.

Que a fe mía esto es mejor bocado
que comer pan tostado junto al fuego.
Y si no te place la higa, cambia el sitio
que no es uno hombre si no es bujarrón..

-Quiero hacerlo en el coño esta vez,
y esta otra en el culo: la verga en coño y culo
me hará a mi feliz, y a vos feliz y beata.

El que quiere ser un gran maestro está loco,
pues no es más que un pajarito pierde tiempo
que en todo menos en follar se solaza.

Que la palme en el palacio
el cortesano, esperando que su rival muera,
que yo en darme a la lujuria solo pienso.

domingo, 16 de octubre de 2011

Eliseo Diego (Cuba)




NO ES MÁS


por selva oscura.


Un poema no es más
que una conversación en la penumbra
del horno viejo, cuando ya
todos se han ido, y cruje
afuera el hondo bosque; un poema
.
no es más que unas palabras
que uno ha querido, y cambian
de sitio con el tiempo, y ya
no son más que una mancha, una
esperanza indecible;
.
un poema no es más
que la felicidad, que una conversación
en la penumbra, que todo
cuanto se ha ido, y ya
es silencio.

sábado, 15 de octubre de 2011

François Villon (Francia, 1431)




Canción

Al volver de dura prisión
donde casi dejo la vida
aún la suerte en su sinrazón
se ensaña en mí, me odia y no olvida.
Ya podría estar su aguijón
satisfecho con tanta herida
al volver.

Si no quiere en su sinrazón
menos que verme ya sin vida
¡quiera Dios que mi corazón
en Su cielo tenga acogida
al volver!

Que tango hay que cantar - (RUBEN JUAREZ - CACHO CASTAÑA, Argentina)

jueves, 13 de octubre de 2011

Waldo Leyva (Cuba, 1943)




VENGO A DEJAR MI INOCENCIA


Sólo llevaré para el camino de regreso
los ojos del asombro.
No quiero saber por dónde vine
ni la ruta que me espera.
Quiero ignorar los límites.
Todo tiene que ser desconocido
no para después nombrar las cosas
sino para escapar de la memoria.
Nominar es matar.
El árbol desconocido
será siempre un misterio.
Cuandose dice roble
se está diciendo silla, mesa,
recipiente de vino.
Existo porque no sé quien soy
es imposible encontrarme
tras las letras de un nombre
no pertenezco a una casa
ni a una ciudad, ni a un país
ni siquiera al mundo.
Este es mi último viaje como dador
como portador de algo
como reclamante.
Intento dejar aquí mi inocencia
para recorrer los caminos
sin esa luz,
entre verde y dorada, de la infancia.
Saldré de esta noche
y el sol de mañana no podrá dibujarme.
No seré ni alto ni pequeño,
ni moreno ni blanco.
Nadie podrá decir si mis pasos me llevan
o si son los sitios, los límites los que se mueven.
No me importará llamar la lluvia
ni hurgaré en el corazón de los cactus.
Si alguien quiere preguntar
el momento es ahora.
Cuando vuelva la espalda
no habrá huellas, ni canto, ni humedad.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Mark Strand (nacido en Prince Edward Island, Canadá, en 1934)




Comiendo poesía


La tinta se riega desde las comisuras de mi boca.
No hay felicidad como la mía.
He estado comiendo poesía.

La bibliotecaria no cree lo que ve.
Sus ojos están tristes
y ella camina con las manos en su vestido.

Los poemas se han ido.
La luz es tenue.
Los perros están en las escaleras del sótano y suben.

Sus ojos dan vueltas,
sus piernas rubias se queman como paja.
La pobre bibliotecaria empieza a dar golpes con sus pies y llora.

Ella no entiende.
Cuando me arrodillo y le paso la lengua a su mano,
ella grita.

Soy un hombre nuevo.
Le gruño y le ladro.
Y salto de alegría en la libresca oscuridad.

viernes, 7 de octubre de 2011

GERMAN CUERVO (Cali, Colombia, 1950)




EL SOFÁ



De casualidad he visto otra vez el sofá

en un mercado de pulgas

mal acomodado y para la venta

una deprimente tarde de festivo

viejo sofá ¡qué impresión

me da verte!

¿cuántas veces?

fueron tardes de sofá

vespertinas de sofá noches de sofá vino y música

en tus lomos vi las estrellas



¿te acuerdas de Ella su falda de cuadros?

(que terminaba encima del televisor)

su bufanda su pelo revuelto en tu chalis

eres la negación del olvido

el testigo mudo

viejo sofá

tú que sabes tanto de chismes

y cosas polvorientas

tú que sabes tanto de reveses de tapicería

tú que sabes tanto de nalgas ¿no era ella toda divina?

¡cuántas veces no se durmieron sus nalgas

en tus mejillas!

eres prueba reina de mi fracaso

¡cómo no construí mi felicidad esas tardes de solaz!



¿dónde estabas? ¿qué ha pasado durante tantos años?

tuve mi oportunidad y la perdi

tablas desvencijadas cojines mullidos

desperdícios de vida tachuelas

pulgas que saltan para no volver

¡oh! Viejo sofá cuántga nostalgia

¡cuánta tristeza me traen tus lomos maternales

viejo sofá

deshilachado sofá

¡cómo pesas en mi vida!

no sé cómo tuve el valor

para despedirme del sofá y alejarme

de espalda al mar frente a mi alma

yo viejo mueble abandonado

Giovanni Quessep (San Onofre -Colombia, 31 de diciembre de 1939)




Cercanía de la muerte


El hombre solo habita
Una orilla lejana
Mira la tarde gris cayendo
Mira las hojas blancas

Rostro perdido del amor
Apenas canta y mueve
La rueda del azar
Que lo acerca a la muerte

Extranjero de todo
La dicha lo maldice
El hombre solo a solas habla
De un reino que no existe

martes, 20 de septiembre de 2011

Louis-Philippe Dalembert (Haití, 1962)




YO NUNCA HE DICHO PAPÁ


a yvon le men, que comprenderá
a paul negociante (marchd, puede ser el apellido) también,
que es de la misma raza



yo nunca he dicho papá
y no lo diré nunca
yo no poseo día de hoy
mayor vergüenza de decirlo
el tiempo ha pasado
en que yo estrechaba tu ausencia
entre los repliegues
de mi malestar
de mi pudor vasto y seco
como un abrazo paternal

el tiempo ha pasado
pero me ocurre todavía
buscar esta palabra
u otra que se le parezca
eso me ocurre a veces
a la vuelta de una pesadilla
o porque no he sabido
batir las tinieblas
bajo mis pasos
y cuando mi mano cree encontrarlo
es para encerrarse
sobre el polvo
de mis tartamudeos
ecos vacíos de mis pasos de hombre

yo nunca he dicho papá
y no lo diré nunca
ya no tengo
vergüenza de decirlo
el tiempo ha pasado
¿hoy en día a quién decirlo?
estos rumores sordos de la ausencia
tras de su máscara de despreocupación
estas tinieblas de azul abisal
el miedo al vacío también
ningún brazo nunca
será bastante fuerte
para devolverlos
al grito primal*

yo no poseo fotos de infancia
juntos no las tendremos nunca
de ti yo no tengo sino ese cliché
del matrimonio en que mis sueños huérfanos
trazaban en vano
el color de tu risa
el tiempo ha pasado
en que yo temía su ausencia
el tiempo ha pasado
yo le he vuelto a encontrar desde entonces
entre los ojos de mi hijo

*primal, terapia que mediante los gritos busca que el enfermo encuentre el origen de su neurosis (n. del t.)

jacmel, 12/07/2006

martes, 30 de agosto de 2011

Antonio Gamoneda (España)




Blues del cementerio


Conozco un pueblo. No lo olvidaré.
Que tiene un cementerio demasiado grande.
Hay en mi tierra un pueblo sin ventura
porque el cementerio es demasiado grande.
Sólo hay cuarenta almas en el pueblo.
No sé para qué tanto cementerio.
Cierto año la gente empezó a irse
y en muchas casas no quedaba nadie.
El año que la gente empezó a irse
en muchas casas no quedaba nadie.
Se llevaban los hijos y las camas.
Tenían que matar los animales.
El cementerio ya no tiene puertas
y allí entran y salen las gallinas.
El cementerio ya no tiene puertas
y salen al camino las ortigas.
Parece que saliera el cementerio
a los huertos y a las calles vacías.
Conozco un pueblo. No lo olvidaré.
Ay, en mi tierra sin ventura,
no olvidaré a mi pueblo.
¡Qué mala cosa es haber hecho
un cementerio demasiado grande!

lunes, 15 de agosto de 2011

Matsuo Basho (Japón)




No lo olvides:
caminamos por el infierno, contemplando flores.

*

Estornudo,
la alondra
perdida de vista.

*

Flores de cerezo, tantas,
que mi cuello está torcido.

*

Yo soy un hombre
que se toma su arroz
ante el roble

*

Día invernal
encima de mi caballo
la sombra congelada.


*

Interrogaría
sobre el haiku chino
a esta mariposa que vuela.

*

Sólo soy un hombre
comiendo su sopa
ante la flor de asagao.

sábado, 6 de agosto de 2011

Jair Trujillo (Colombia)




El último viaje


El último viaje, en su ropaje azul
Nos regaló la hermosa sensación
De ver tras un espejo de agua, confundirse entre sus pliegues
El rostro de los ausentes.

El último viaje;
Sumergir el rostro
En blanca sábana

La muerte por calles coloniales
Pasea junto a un hombre
Que ya simplemente no tiene memoria.

La muerte
Alegre y seductora
Amante de los solitarios,
Dos miradas que se aproximan.

La muerte, soberana junto a mí
Transitando mí último viaje
En barcos de papel
Por el ancho mar
Que se escurre entre los dedos
Y se pierde de repente entre nosotros.

martes, 26 de julio de 2011

Osvaldo Sauma (Costa Rica - 1949)




Guerra avisada
(de Asabis)


Amor
de qué te sirve ser poeta
él sólo tiene palabras
soledad y palabras
un frase amable
y muchas ilusiones de papel

de qué te sirve un hombre
que desconoce los límites
que edifica una muralla de sombras
donde guarecer los destellos de su sueño

el poeta sabe poco de alegrías
es más un traficante del infortunio
un ave agorera en territorios desolados
él comercia con los ciegos estrellas distantes
vende a los sonámbulos sueños de ímpetu nocturno
navegaciones a los que padecen de insomnio
él le lleva flores a los árboles

aluminas al corazón de los peces
carbunclos a las luciérnagas
él destila nubes bajo el sol absorto

de verdad amor desiste
a él ni Platón lo quiso en la República
es al primero que acosan por zorro
el primero que apresan por ser pájaro
al primero que matan por ser lúcido
y lo que es peor
a él siempre lo cobran

ignóralo
él no podría darte ninguna seguridad
hace gala de su pobreza

del verde sol de su ocio
y como un niño en todo cree ver el asombro

te lo advierto amor
no te involucres
él sólo puede ofrecerte
el territorio gris de las vías libres.

domingo, 24 de julio de 2011

Luis Eduardo Rendón (Colombia)




Plegaria post – atómica


Vuelve noche alfarera
a modelar al que seremos

como los sueños
que lavan en sus fuentes
al que seremos en el día

con la ceniza del pasado
y tu rocío nuevo
haz
noche jardinera
el humus de mañana

con lo que queda de nosotros
tú solamente
noche obrera

y con la luz de la infancia
levanta nuestra casa

martes, 19 de julio de 2011

ALLEN GINSBERG (Paterson, New Jersey)




UN ASFÓDELO


Oh querido dulce rosado
deseo inalcanzable
...que triste no hay modo
de cambiar el loco
cultivado asfódelo, la
realidad visible...

y los aterradores pétalos
de la piel - cuán inspirado
para yacer en el living
room borracho desnudo
y soñando, en la ausencia
de electricidad...
una y otra vez comiendo la baja raíz
del asfódelo,
destino gris...

rodando en generación
sobre el sillón floreado
como en una orilla en Arden-
mi única rosa esta noche es el deleite
de mi propia desnudez.

lunes, 18 de julio de 2011

Consuelo Hernández (Colombia)




VOZ DEL HURACÁN


Como loco escapado de manicomio público
con las ropas en desorden
y los cabellos al aire
pasa el huracán
con traje de larga cola
estremeciendo paisajes.

Mil mensajeros navegan
en sus largos silabeos
de su lengua sin garganta...
mi angustia no los descifra.

Ajusta cuentas de guerras
altos clamores de paz
y deseos de abundancia
el huracán grita a voces
pero nadie lo comprende.

Como la rana que nunca
salir de su pozo supo
como el avestruz que oculta
la cabeza ante el peligro
entre los ranchos seguros
entre los abrigos nuevos
se salvan muchos oídos
de los reclamos del viento.

Pero el huracán arrecia
domesticando ciudades
desbordando ríos y mares
marcando la geografía
con los pasos de su danza.

Invisible se va dejando
las huellas de su visita.
y nadie,
nadie descifra su rabioso silabeo.

lunes, 11 de julio de 2011

Gary Snyder (San Francisco)




Piernas cruzadas

para Carole




Sentados con las piernas cruzadas protegidos
por el techo bajo de la carpa,
luz tenue, la cena terminada,


tomando té. Nosotros vivimos
en el seco viejo oeste


nos sacamos las camisas, piel desnuda
nos inclinamos los labios se tocan_


viejas caricias.
El amor realizado, poemas, situaciones,


siempre renovadas, siempre lo mismo
vida tras vida,


como si Milarepa
construyera cuatro veces una torre de piedra


y que cada vez ésta fuera la primera.
Nuestro amor se mezcla con


rocas y arroyos,
un latido, el aliento, una mirada


hace su lugar en el remolino bamboleante.
Viviendo de este antiguo y claro modo


_un chisporroteo de cenizas y brasas.
La brisa rasguña la lona de la carpa


un sorbo de té, encogidos sobre nuestros huesos,
nosotros dos aquí, suceda lo que suceda.

viernes, 1 de julio de 2011

Patti Smith (Chicago, Estados Unidos)




Isla de zug



todos
vuestros sueños secretos
sé donde
estáis
buenas noches
dormid bien
dulces rayos
que dios os ilumine
desde
lo lejos

Jorge Eduardo Eielson (Perú)




Último Cuerpo


Cuando llega el momento llega y llega
Cada día el momento de sentarse humildemente
A defecar y una parte inútil de nosotros
Vuelve a la tierra
Todo parece más sencillo y más cercano
Y hasta la misma luz de la luna
Es un anillo de oro
Que atraviesa el comedor y la cocina
Las estrellas se reúnen en el vientre
Y ya no duelen sino brillan simplemente
Los intestinos vuelven al abismo azul
En donde yacen los caballos
Y el tambor de nuestra infancia

jueves, 23 de junio de 2011

Carlos Enrique Ortiz (Colombia)

Gabriel Jaime Caro (Colombia)




La poesía


Uno

Es la brujería de estos años de lucha libre.
El río que invita al baño.
La senda cerrada de los Montes Apalaches.
Todas las formas de paseo.
El problema fijo: el vacío de la humanidad
en primera plana.
La cabeza del engendrador, el último
en la proyección de los sentidos participantes.

Dos

El venado muerto en la carretera.
La debilidad del zorro ante el gesto del que ya
es máscara suficiente.
Paisaje de la trampa, donde mueren
los protagonistas divinos.
Secreto hablado del corazón musical.
De mejorar la vida, con la copa del gozo,
Como señal del sacrificio.

domingo, 19 de junio de 2011

Flóbert Zapata (Colombia)




DESPUÉS DEL COLEGIO


Una ráfaga de viento
ha levntado la falda
de una estudiante joven hermosa
que aguarda en el paradero
del Parque de los Enamorados
Por la displicencia
con que una mano volverá todo al orden
fácilmente se sospecha
que está cansada
al cerco del apetito
Debajo de prenses de lino
cuadritos rojos y azules
se dejan ver las tangas
blancas celestiales
un par de piernas trofeo o promesa
duras inmejorables
y unas nalgas quietas distraídas
La imagen ( no sé por qué sagrada )
estremece subvierte
Un obrero la recibe agradecido
seguramente su almuerzo tendrá mejor sabor
los muertos del noticiero
llegarán menos tristes
el trabajo de la tarde más liviano
la pequeña paga menos punzante
El empleado del almacén de muebles
la guardará para la noche
cuando su mujer sea una victima renacida
Un chico más o menos de su edad
se ha puesto pálido
y desde un lugar estratégico
espera la repetición de la fechoría
Y la chica
pendiente sólo de la buseta
se irá a su casa
serena
sin nada que contar
aparte de los exámenes de fin de año
inocente de las vidas que ha perforado
por unas horas
semanas
o toda la eternidad

sábado, 11 de junio de 2011

Daniel Jiménez Bejarano (Colombia)



II

Ni el bosque secreto del druída
resistiría ésta lluvia de alcohol
interminable como la palabra bosque.

Menos un frágil manojo de albahaca,
símbolo del deseo que se marchita sin secarse,
dádiva más simple y perdurable que la visión:
emblema de un rencor sin seducciones traicionadas,
del firme adiós sin apocalipsis que habita la ventana,
desasido milagro falto de panteón
y del vano comercio de la promesa.

Ramito triste, sin flores,
manjar de animales para la labranza,
y de este turbio animal
que sobrevive a su humanidad para desearte.

lunes, 6 de junio de 2011

Humberto Ak’Abal (Momostenango, Guatemala, 1952)




LAS BORRACHERAS DE CRISTO


De su casa al pueblo
era una calle empinada.


No había domingo
que no se emborrachara.


Cuando al atardecer volvía,
se le veía bajar paso a paso
por aquella calle empinada
con los brazos abiertos
para mantener el equilibrio.


Se llamada Cristóbal
le decían Cristo
y lo apodaban “crucificado”.


UN PARÁSITO


Estoy engañándome con estos papeles
para decir que ando ocupado,
una manera de ocultar
que siempre fui un huevón
y que me he esforzado
para llegar a ser esto que ahora soy:
un parásito.


¿Por qué esta necesidad ingrata
de escribir cosas que no sirven sino:
para darme problemas,
para mantenerme nervioso,
para matarme de hambre?

martes, 3 de mayo de 2011

Roque Dalton (El Salvador)




Por qué escribimos


Uno hace versos y ama
la extraña risa de los niños,
el subsuelo del hombre
que en las ciudades ácidas disfraza su leyenda,
la instauración de la alegría
que profetiza el humo de las fábricas.

Uno tiene en las manos un pequeño país,
horribles fechas,
muertos como cuchillos exigentes,
obispos venenosos,
inmensos jóvenes de pie
sin más edad que la esperanza,
rebeldes panaderas con más poder que un lirio,
sastres como la vida,
páginas, novias,
esporádico pan , hijos enfermos,
abogados traidores
nietos de la sentencia y lo que fueron,
bodas desperdiciadas de impotente varón,
madre, pupilas, puentes,
rotas fotografías y programas.

Uno se va a morir,
mañana,
un año,
un mes sin pétalos dormidos;
disperso va a quedar bajo la tierra
y vendrán nuevos hombres
pidiendo panoramas.
Preguntarán qué fuimos,
quienes con llamas puras les antecedieron,
a quienes maldecir con el recuerdo.
Bien.
Eso hacemos:
custodiamos para ellos el tiempo que nos toca.

domingo, 1 de mayo de 2011

Marina Tsvetaeva (Rusia)




Libertad salvaje

Me gustan los juegos en que todos
son arrogantes y malignos,
en que son tigres y águilas
los enemigos.

Libertad salvaje
Que cante una voz altiva:
"¡Aquí, muerte, allí -presidio!"
¡Luche la noche conmigo,
la noche misma!

Volando voy -tras de mí van las fieras;
y con el lazo en las manos yo me río...
¡Ojalá la tormenta
me haga añicos!

¡Que sean héroes los enemigos!
¡Acabe en guerra el convite!
Que sólo quedemos dos:
¡El mundo y yo!

domingo, 24 de abril de 2011

Obediah Michael Smith (Bahamas)




AGUA PRÍSTINA COMO EL VIDRIO


todo es robado, de veras
vivir y escribir
transferir, traducir
una cosa, alguna cosa
en otra cosa

transferir alguna cosa
desde un sitio a otro sitio distinto

usualmente desde algún sitio exterior
hasta algún sitio interior

todo es robado, de veras
el sol tardío sobre el mar
mi intento por capturarlo
por saquear esta tarde
de agosto


CASA DE LAS MOSCAS DE LA FRUTA


los poemas se ciernen alrededor como moscas de la fruta
planean sobre la piña
que parto en pedazos y que como

sobre la naranja que parto en cascos
para compartir

sobre los melones, papayas, sandías
en las que clavo mi navaja
para tajar en rebanadas, para sacar rebanadas

sábado, 23 de abril de 2011

Carlos Bedoya (Colombia)




HIT PARADE

Alguien canta
en la tiniebla
amable
de esta pesadilla

Una boca
grande carnosa
pintada de rouge barato
gime sin pausa
en el sótano.

Boletería agotada.
Nubes ilíquidas
cancelan
facturas de función
tras el abracadabra.

Donde a todas luces
danzas
el hit último
del dolor.

domingo, 10 de abril de 2011

Eithne Patricia Ní Bhraonáín (Irlanda)




Está en la lluvia


Cada vez que la lluvia se reduce,
Cierro los ojos y escucho.
Puedo oír el sonido solitario
Del cielo, ya que llora.

Escucha a la lluvia ...
Aquí se trata de nuevo ...
Escuchar en la lluvia ...

Siente el toque de las lágrimas que caen,
Que caigan para siempre.
En el camino el día en la corriente,
Proceden todas las cosas, todas las cosas van.

Escucha a la lluvia ...
(La lluvia ...)
Aquí se trata de nuevo ...
(de nuevo. ..)
Escuchar en la lluvia ...
(La lluvia ...)

Tarde en la noche se aleja
Puedo oír que se pide,
Y mi nombre está en la lluvia,
Hojas de los árboles susurrantes,
Azul profundo del mar misterios.

Incluso cuando termina este momento,
No puede dejar ir este sentimiento.
Todo vendrá de nuevo
En el sonido, cayendo,
Del cielo, ya que llora.
Escuchar mi nombre en la lluvia.

Heberto Padilla (Cuba)




En tiempos difíciles

A aquel hombre le pidieron su tiempo
para que lo juntara al tiempo de la Historia.
Le pidieron las manos,
porque para una época difícil
nada hay mejor que un par de buenas manos.
Le pidieron los ojos
que alguna vez tuvieron lágrimas
para que contemplara el lado claro
(especialmente el lado claro de la vida)
porque para el horror basta un ojo de asombro.
Le pidieron sus labios
resecos y cuarteados para afirmar,
para erigir, con cada afirmación, un sueño
(el-alto-sueño);
le pidieron las piernas,
duras y nudosas,
(sus viejas piernas andariegas)
porque en tiempos difíciles
¿algo hay mejor que un par de piernas
para la construcción o la trinchera?
Le pidieron el bosque que lo nutrió de niño,
con su árbol obediente.
Le pidieron el pecho, el corazón, los hombros.
Le dijeron
que eso era estrictamente necesario.
Le explicaron después
que toda esta donación resultaría inútil
sin entregar la lengua,
porque en tiempos difíciles
nada es tan útil para atajar el odio o la mentira.
Y finalmente le rogaron
que, por favor, echase a andar,
porque en tiempos difíciles esta es, sin duda, la prueba decisiva.


viernes, 1 de abril de 2011

Víctor Gaviria (Colombia)




MEMORIA DE LOS MUERTOS


Me enteré de que los muertos olvidan muy rápido a los vivos.
Una vez muertos, piensan muy poco en ellos, no gritan,
no se tiran al suelo desmayados por el dolor de la separación,
ni los enceguece la pena de no volverse a ver.
¡Qué poca falta les hacen los vivos! Se olvidan de ellos,
como si estuvieran enfermos de ingratitud
o no recordaran nada, o no les importara haber estado vivos,
como nos importa a nosotros,
que somos los novios de los días fugaces.
Sólo algunos de ellos, muy pocos,
se demoran en darse cuenta de que están muertos, y vuelven
a la casa, a la cama, a la ropa
inolvidable del cuerpo,
y siguen conversando con las mujeres vivas más hermosas:
que espigadas están de pie, qué fuerza las impulsa hacia arriba,
ninguna belleza del agua o del aire
se parece a sus gestos de estar sentadas
con la barbilla en la mano abandonada.
Sin darse cuenta
espantan a los vivos, los rodean de fantasmas
que entran hasta el fondo del pensamiento.
Entretanto los demás muertos no tienen nostalgias
ni embellecen sus años de vivos,
no sienten haber perdido nada valioso hasta las lágrimas,
viaje que alguien hace dormido
en un bus durante la noche.
Cuando un vivo piensa en ellos sin cesar,
por remordimiento o por amor,
ellos lo miran simplemente,
sin sentimiento ni intención,
y le hablan en sueños: pero cuando dicen “sí”
en el sueño se traduce como “no”, y cuando dicen “bailar”
se nos aparece como quietud, y todo es tan al revés
que nadie entiende nada, y entre los vivos y los muertos
hay una pared gruesa de tierra olorosa
que distorsiona todo: gritos de ayuda por gemidos de amor,
susurros por golpes de piedra.
Sólo el dolor de los vivos les llama la atención,
dolor incierto que no enseña nada, dolor
que no abre ningún camino. ¡Qué oscuro es para ellos
el mundo de los vivos, qué negros los paisajes!
Padre mío, no gastes más días en mí,
déjame yo pienso en ti, déjame ser tu padre
y tú mi hijo por el que me desvelo,
hasta que estalle mi cabeza de vivo.
Oh, novias olvidadas de los vivos,
déjenme, que yo velaré por sus imágenes.

Rodrigo Verdugo (Chile)




DESPUÉS DE ESE DÍA


Cambiaron la ubicación de las cosas
sabían demasiado de una música de tierra para el viaje enemigo
El aura del mar levantándose, dejando atrás nuestros terribles ejes
la forma de mirarnos a los ojos, la forma de mirar a las piedras.
Sabían demasiado bien como unirse,
por eso recibieron el revés de las cosas
y se empezó gota por gota, nombre por nombre
mientras el mito se deshojaba a nuestros pies.
Sabían demasiado bien y no esperaron retratar a sus muertos
les bastó que el revés del mundo se levantara
contra los árboles y las aguas
contra las cosas, y las vidas, contra cualquier herida que no tuviese
un arrojo de estrella.
Lo sabían demasiado bien, apareando a las sílfides contaminadas,
saldando algo con ellas
poniendo plumas quemadas dentro de las almohadas, reanudando las capturas
para que así llegaran y se ubicaran gota por gota, nombre por nombre
como antes cuando las cosas no limitaban con los hombres
sino que el tiempo limitaba con la piedra, limitaba con la luz
y piedra y sangre por igual buscaban legitimar el rayo
mientras la belleza ahuecaba los mares
y al final Dios estaba esperándonos
con un ramo de accidentes en las manos.

Federico García Lorca (España)




(INTERMEDIO)


Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
no vieron enterrar a los muertos,
ni la feria de ceniza del que llora por la madrugada,
ni el corazón que tiembla arrinconado como un caballito de mar.

Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
vieron la blanca pared donde orinaban las niñas,
el hocico del toro, la seta venenosa
y una luna incomprensible que iluminaba por los rincones
los pedazos de limón seco bajo el negro duro de las botellas.

Aquellos ojos míos en el cuello de la jaca,
en el seno traspasado de Santa Rosa dormida,
en los tejados del amor, con gemidos y frescas manos,
en un jardín donde los gatos se comían a las ranas.

Desván donde el polvo viejo congrega estatuas y musgos,
cajas que guardan silencio de cangrejos devorados
en el sitio donde el sueño tropezaba con su realidad.
Allí mis pequeños ojos.

No preguntarme nada. He visto que las cosas
cuando buscan su curso encuentran su vacío.
Hay un dolor de huecos por el aire sin gente
y en mis ojos criaturas vestidas ¡sin desnudo!

domingo, 27 de marzo de 2011

Else Lasker-Schüler (Alemania)




Estoy triste

Tus besos oscurecen, sobre mi boca.
Ya no me quieres.

¡Y cómo viniste!
Azul a causa del paraíso;

En torno a tus más dulces fuentes
Revoloteó mi corazón.

Ahora quiero maquillarlo,
Igual que las prostitutas
Colorean de rojo la rosa marchita de sus caderas.

Nuestros ojos están entornados,
Como cielo agonizante

Ha envejecido la luna.
La noche ya no despertará.

Apenas te acuerdas de mí.
¿A dónde iré con mi corazón?

viernes, 18 de marzo de 2011

HÉCTOR IGNACIO RODRÍGUEZ (Colombia)




PEATONES


Por ese entonces
tú eras esbelta
rubia
18 años.
Una perfecta criatura.


La noche que tiraste la puerta en mis narices
comprendí que ya no querías escucharme
y todo quedaba claro:
tenías derecho a guardar tus propios secretos.


Ahora en la calle después de muchos años
vienes a cerrarme el paso.
Me recriminas por un modesto librito
de poemas
cuando deberías sentirte alagada
por ser la heroína de la historia.


Si me he tomado el derecho de incluir aquello
de tus peripecias en camas de extraños
fue sólo por devoción al realismo.


¡Ah!
Si no fuera porque sigues luciendo la belleza
de aquella musa que los inspiró
y porque soy todo un caballero
te daría una sonora cachetada en medio de tantos
desconocidos.


Ya lo sabes:
esas noches en que no quisiste oírme
fui a contárselo todo a la poesía.
Ahora
respetable señorita
le agradecería no entorpecer el paso de los
peatones.

miércoles, 16 de marzo de 2011

El amenazado - Jorge Luis Borges (Argentina)




Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.

Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa
máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. De que me servirán
mis talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición, el
aprendizaje de las palabras que uso, el áspero Norte para cantar sus
mares y sus espadas, la serena amistad, las galerías de la Biblioteca,
las cosas comunes, los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra
militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?

Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.

Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta
a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas,
pero la sombra n o ha traído la paz.

Es, ya lo se, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la
espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.

Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.

Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)

El nombre de una mujer me delata.

Me duele una mujer en todo el cuerpo.

TANGO DEL VIUDO - Pablo Neruda (Chile)




Oh Maligna, ya habrás hallado la carta, ya habrás llorado de furia,
y habrás insultado el recuerdo de mi madre
llamándola perra podrida y madre de perros,
ya habrás bebido sola, solitaria, el té del atardecer
mirando mis viejos zapatos vacíos para siempre
y ya no podrás recordar mis enfermedades, mis sueños nocturnos, mis comidas,
sin maldecirme en voz alta como si estuviera allí aún
quejándome del trópico de los coolíes corringhis,
de las venenosas fiebres que me hicieron tanto daño
y de los espantosos ingleses que odio todavía.

Maligna, la verdad, qué noche tan grande, qué tierra tan sola!
He llegado otra vez a los dormitorios solitarios,
a almorzar en los restaurantes comida fría, y otra vez
tiro al suelo los pantalones y las camisas,
no hay perchas en mi habitación, ni retratos de nadie en las paredes.
Cuánta sombra de la que hay en mi alma daría por recobrarte,
y qué amenazadores me parecen los nombres de los meses,
y la palabra invierno qué sonido de tambor lúgubre tiene.

Enterrado junto al cocotero hallarás más tarde
el cuchillo que escondí allí por temor de que me mataras,
y ahora repentinamente quisiera oler su acero de cocina
acostumbrado al peso de tu mano y al brillo de tu pie:
bajo la humedad de la tierra, entre las sordas raíces,
de los lenguajes humanos el pobre sólo sabría tu nombre,
y la espesa tierra no comprende tu nombre
hecho de impenetrables substancias divinas.

Así como me aflige pensar en el claro día de tus piernas
recostadas como detenidas y duras aguas solares,
y la golondrina que durmiendo y volando vive en tus ojos,
y el perro de furia que asilas en el corazón,
así también veo las muertes que están entre nosotros desde ahora,
y respiro en el aire la ceniza y lo destruido,
el largo, solitario espacio que me rodea para siempre.

Daría este viento del mar gigante por tu brusca respiración
oída en largas noches sin mezcla de olvido,
uniéndose a la atmósfera como el látigo a la piel del caballo.
Y por oírte orinar, en la oscuridad, en el fondo de la casa,
como vertiendo una miel delgada, trémula, argentina, obstinada,
cuántas veces entregaría este coro de sombras que poseo,
y el ruido de espadas inútiles que se oye en mi alma,
y la paloma de sangre que está solitaria en mi frente
llamando cosas desaparecidas, seres desaparecidos,
substancias extrañamente inseparables y perdidas.

lunes, 14 de marzo de 2011

César Vallejo (Perú)




PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA


Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París y no me corro
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...

jueves, 10 de marzo de 2011

Carlos Contramaestre (Venezuela)



I

La segunda muerte me embriaga en
las tabernas olorosas a invierno.
La distancia descalabra las almas,
enmudece las lenguas del destierro
entre los titubeos de las estaciones fraudulentas.
Retorno a las riberas de la soledad,
virtuosa tañedora de silencios y ecos de la muerte.
Moro en esa copa sardónica,
incienso de la tribu espectral.
Destilo dolores y heridas antiguas
en serpentina de cobre dulce.

II

Ella suele llegar casi siempre desnuda.
Su olor sube sobre mis columnas trágicas
y yo empiezo a soñar rosas
y algunos animales híbridos.
Esa mujer no me pertenece
en este continente ni en la otra vida.