Tengo el corazón hecho pedazos, rota mi emoción en este día...
Noches y más noches sin descanso y esta desazón del alma mía...
¡Cuántos, cuántos años han pasado, grises mis cabellos y mi vida!
Loco... casi muerto... destrozado, con mi espíritu amarrado a nuestra
juventud.
juventud.
Más frágil que el cristal fue mi amor junto a ti...
Cristal tu corazón, tu mirar, tu reír...
Tus sueños y mi voz y nuestra timidez temblando suavemente en tu balcón
Tus sueños y mi voz y nuestra timidez temblando suavemente en tu balcón
Y ahora sólo sé que todo se perdió la tarde de mi ausencia.
Ya nunca volveré, lo sé bien, ¡nunca más!
Tal vez me esperarás, junto a Dios, ¡más allá!
Ya nunca volveré, lo sé bien, ¡nunca más!
Ya nunca volveré, lo sé bien, ¡nunca más!
Tal vez me esperarás, junto a Dios, ¡más allá!
No hay comentarios:
Publicar un comentario