sábado, 11 de febrero de 2012
Helí Ramírez (Sevilla, Antioquia, 1948)
JUGABA DE ALERO
Era normal en su físico
llevando la misma vida de todos en el barrio
Jugábamos fútbol juntos
Sin ser muy llabes fuera de la cancha
en la cancha éramos inseparables
Haciamos jugadas bonitas
tanto cuando jugaba de alero
como cuando jugaba de interior: número diez o número ocho
se jugaba cuatro dos cuatro
para nosotros hacer paredes de toques largos o cortos
desde la mitad de la cancha
enloqueciendo defensas
hasta fusilar al arquero era como tomar aguadulce
El sueño de él era jugar algún día en el profesionalismo
sus jugadores admirados eran campillo aceros y ramacioti
los dos primeros por la gambeta
y el último por la potencia en los disparos
al cobrar los tiros libres de larga y media distancia
Se levantaba a las seis de la mañana
a trotar a la cancha y a hacer gimnasia
por la tarde jugaba fútbol con la gallada
cuando no le tocaba entrenar
en un equipo en el que jugaba afiliado a la federación
y por la nochecita se comía su platado de agua con dos o tres fríjoles remando en el plato
y se acostaba temprano
diciendo que si quería progresar
tenía que cuidarse de trasnochos y vicios
Jugábamos en la selección del barrio
en donde no solo él y algunos éramos buenos jugadores
el equipo completo era una escuelita de toque y goles
Medio nos travábamos para jugar
y el balón en nuestros pies era como pegado con imán
y hacíamos gala de un pique de carrerón tras el balón
en los pases de profundidad
que ni cochise batiendo la marca mundial de la hora que llaman
Después de los partidos hubiera triunfo derrota o empate
un festín de fiestón
que terminaba casi siempre en puñaladas
Borilo no se juntaba con la gallada más que para jugar
ni en sus fiestones ni en la esquina se veía
cada día aspiraba más a verse en las páginas deportivas de los periódicos
no robaba ni salía a guayaco a pichar
ni con las peladas del barrio se acostaba
su sueño: ser un futbolista
y el único disco que oía era "el sueño del pibe".
A él lo enveneno fue una pelada no los amigos como dicen las cuchas
una pelada que aterrizó en el barrio huyendo de su casa
porque dizque la molestaban mucho
llegó a la casa de una familia en donde
los hombres eran ratas
y las peladas putas
y no había sábado o domingo que no viera uno a los cuchos de esa casa
pasar de visita para la cárcel
como uno de los muchachos de la casa jugaba en el equipo
un sábado cayó a la cancha con las primas
era una monita de unas cuantas pequitas regadas en las mejillas
y sin ser linda era quevradora
en el descanso entre el primer tiempo y el segundo
se arrimaron las peladas al lugar donde descansábamos
unos tomando fresco
otros chupando cascos de naranja
otros dándole unos bombazos a un cozo para entrar entonados a la cancha
y como que le gustó borilo desde que llegó
no se quitaba del lado de él
y le preguntaba que si estaba muy cansado
y que si iba a hacer otro gol
Ese día borilo fue a beber con la gallada pipo pero no se dio en el coco
La pelada sí: que loquita
no sólo estaba buena para gozarla
sino tambien era entucadora para robar
esa noche apenas el hombrecito se abrió
fue el goce con la monita
empujada por la vizca y la peluda
A los días se veían caminando por los lados de la quebrada
y seguro que en una de esas caminatas lo envenenó
Ya se tiraba sus borracheras y se jalaba qué travas
empezó a salir a atracar por las noches
y resultó ser hasta bravo y ácido para migar puñaladas
Casi no seguro sin él darse cuenta
y nosotros lo mismo
cada día iba bajando en el ritmo de juego
fue perdiendo velocidad en la carrera
y en la gambeta si se sacaba un defensa no se sacaba dos
y la perdía infantilmente
se comía goles que eran más fácil botarlos que hacerlos
La monita resultó enmosada con un cucho dueño de un bus
Y borilo terminó siendo sacado de la cancha por la misma hinchada que lo aplaudía
le gritaba:
"que hubo borilo
muy pajeado o qué
ponele pelotas a esa pelota
o vas para afuera"
y silvaban y gritaban
borilo se sentaba a ver el partido desde una piedra
y creo que nadie más que yo le veía la tristeza
Ya no hablaba de su aspiración a ser una estrella profesional
ni iba a entrenar al equipo donde jugaba
por salir a robar para el vicio y el cine
Los treintazos uno sobre otro
pasó a ser su deporte favorito
fue adquiriendo el color amarilloso del encierro
y la flacura de quien sólo pasa el día con tragos de agua de panela sucia
ya se le veía andar no erguido como antes sino encorvado como un cucho
y en la cara una máscara de riptus de odio
Dejó las peladas o ellas lo dejaron a él
pues lo que fue una noviecita que tenía
lo dejó porque según decía ella:
"ese se volvió un mariguanero
un ladrón
un vago".
Resultó enmosado con una cucha rejuda
Que no tenía con quién gozar
el marido camellaba en carretera en el municipio
permaneciendo lejos dos semanas o dos meses y hasta medio año
haciendo carreteras y borilo era el que le daba cuerda a la cucha esa sola
Cada día borilo era más desnutrido
y en los partidos era un tronco
parecía nunca hubiera tocado un balón
el balón lo buscaba y él le corría
Una vez salió en la prensa pero no en las páginas deportivas
sino en la página roja
como colgador peligroso con tendencias a sátiro
Después de salir de pagar diezyocho meses por atraco y lesiones
a un cucho que camellaba por las fábricas que quedan en guayabal
le mostraba a todo el barrio la foto del periódico y su leyenda pequeñita
y contaba un hermano que dormía con el recortico bajo la almohada
Un día le dijimos cansados de oírlo:
"ah…valiente gracia
salir uno en la prensa como una garulla
la gracia es salir pero por un negocio fuerte a un banco…"
llegó incluso a creerse uno de los jefes de la gallada y en una de sus aceleradas
frentedeoso le dio varios fierrazos que lo pusieron a orinar por una tripa cosa de tres meses
y lo dejaron andando más agachado de lo que era para toda la vida.
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