jueves, 23 de junio de 2011

Carlos Enrique Ortiz (Colombia)

Gabriel Jaime Caro (Colombia)




La poesía


Uno

Es la brujería de estos años de lucha libre.
El río que invita al baño.
La senda cerrada de los Montes Apalaches.
Todas las formas de paseo.
El problema fijo: el vacío de la humanidad
en primera plana.
La cabeza del engendrador, el último
en la proyección de los sentidos participantes.

Dos

El venado muerto en la carretera.
La debilidad del zorro ante el gesto del que ya
es máscara suficiente.
Paisaje de la trampa, donde mueren
los protagonistas divinos.
Secreto hablado del corazón musical.
De mejorar la vida, con la copa del gozo,
Como señal del sacrificio.

domingo, 19 de junio de 2011

Flóbert Zapata (Colombia)




DESPUÉS DEL COLEGIO


Una ráfaga de viento
ha levntado la falda
de una estudiante joven hermosa
que aguarda en el paradero
del Parque de los Enamorados
Por la displicencia
con que una mano volverá todo al orden
fácilmente se sospecha
que está cansada
al cerco del apetito
Debajo de prenses de lino
cuadritos rojos y azules
se dejan ver las tangas
blancas celestiales
un par de piernas trofeo o promesa
duras inmejorables
y unas nalgas quietas distraídas
La imagen ( no sé por qué sagrada )
estremece subvierte
Un obrero la recibe agradecido
seguramente su almuerzo tendrá mejor sabor
los muertos del noticiero
llegarán menos tristes
el trabajo de la tarde más liviano
la pequeña paga menos punzante
El empleado del almacén de muebles
la guardará para la noche
cuando su mujer sea una victima renacida
Un chico más o menos de su edad
se ha puesto pálido
y desde un lugar estratégico
espera la repetición de la fechoría
Y la chica
pendiente sólo de la buseta
se irá a su casa
serena
sin nada que contar
aparte de los exámenes de fin de año
inocente de las vidas que ha perforado
por unas horas
semanas
o toda la eternidad

sábado, 11 de junio de 2011

Daniel Jiménez Bejarano (Colombia)



II

Ni el bosque secreto del druída
resistiría ésta lluvia de alcohol
interminable como la palabra bosque.

Menos un frágil manojo de albahaca,
símbolo del deseo que se marchita sin secarse,
dádiva más simple y perdurable que la visión:
emblema de un rencor sin seducciones traicionadas,
del firme adiós sin apocalipsis que habita la ventana,
desasido milagro falto de panteón
y del vano comercio de la promesa.

Ramito triste, sin flores,
manjar de animales para la labranza,
y de este turbio animal
que sobrevive a su humanidad para desearte.

lunes, 6 de junio de 2011

Humberto Ak’Abal (Momostenango, Guatemala, 1952)




LAS BORRACHERAS DE CRISTO


De su casa al pueblo
era una calle empinada.


No había domingo
que no se emborrachara.


Cuando al atardecer volvía,
se le veía bajar paso a paso
por aquella calle empinada
con los brazos abiertos
para mantener el equilibrio.


Se llamada Cristóbal
le decían Cristo
y lo apodaban “crucificado”.


UN PARÁSITO


Estoy engañándome con estos papeles
para decir que ando ocupado,
una manera de ocultar
que siempre fui un huevón
y que me he esforzado
para llegar a ser esto que ahora soy:
un parásito.


¿Por qué esta necesidad ingrata
de escribir cosas que no sirven sino:
para darme problemas,
para mantenerme nervioso,
para matarme de hambre?