lunes, 24 de enero de 2011
Derek Walcott (Santa Lucía)
Desenlace
Yo vivo solo
al borde del agua sin esposa ni hijos.
He girado en torno a muchas posibilidades
para llegar a lo siguiente:
una pequeña casa a la orilla de un agua gris,
con las ventanas siempre abiertas
hacia el mar añejo. No elegimos estas cosas.
Mas somos lo que hemos hecho.
Sufrimos, los años pasan,
dejamos caer el peso pero no nuestra necesidad
de cargar con algo. El amor es una piedra
que se asentó en el fondo del mar
bajo el agua gris. Ahora, ya no le pido nada a
la poesía sino buenos sentimientos,
ni misericordia, ni fama, ni Curación. Mujer silenciosa,
podemos sentarnos a mirar las aguas grises,
y en una vida inmaculada
por la mediocridad y la basura
vivir al modo de las rocas.
Voy a olvidar la sensibilidad,
olvidaré mi talento. Eso será más grande
y más difícil que lo que pasa por ser la vida.
martes, 18 de enero de 2011
Soledad Cruz (Cuba)
viernes, 14 de enero de 2011
D.H. Lawrence (Gran Bretaña)
El elefante demora en aparearse
El elefante, la enorme bestia antigua,
demora en aparearse.
Cuando encuentra una hembra, no se apura;
sabe esperar
a que el amor despierte en los grandes y tímidos
corazones, de a poco,
mientras deambulan por las márgenes del río
y beben, se alimentan,
o de repente irrumpen con toda la manada
a un claro de la selva.
Y duermen en un vasto silencio y se despiertan
juntos, sin decir nada.
De a poco el corazón ardiente del elefante
se va llenando de deseo.
Y finalmente se aparean a escondidas
ocultando su ardor.
Son los más viejos animales, los más sabios,
por eso saben esperar
para la más privada de las fiestas,
el banquete completo.
No se abalanzan, no se precipitan.
Su vasta sangre
crece de a poco como la marea, acercándolos,
hasta que al fin se tocan inundados.
miércoles, 12 de enero de 2011
SAFO de Lesbos
Me parece igual a un dios, el hombre
que frente a ti se sienta, y tan de cerca
te escucha absorto hablarle con dulzura
y reírte con amor.
Eso, no miento, no, me sobresalta
dentro del pecho el corazón; pues cuando
te miro un solo instante, ya no puedo
decir ni una palabra
la lengua se me hiela, y un sutil
fuego no tarda en recorrer mi piel,
mis ojos no ven nada, y el oído
me zumba, y un sudor
frío me cubre, y un temblor me agita
todo el cuerpo, y estoy, más que la hierba,
pálida, y siento que me falta poco
para quedarme muerta
viernes, 7 de enero de 2011
Verano Brisas (Colombia)
Mar–K – 2
Mientras todos van y vienen
en medio del ruido y de la prisa,
yo, kon gran avidez
voy a tenderme en mi barka de fantasía
sobre los mares del mundo,
bajo el cielo estrellado
en la noche tibia de marzo,
o a la sombra de los naranjos
sobre el césped,
para mirar sin apuro las verdeazules montañas.
Mi vida ociosa es, para los importantes,
una bofetada blasfema en sus robustas chekeras,
y para mí, el delicioso placer de no hacer nada.
Ocho de las tantas cosas que mi amada tiene
La tersura de la arena bañada por la ola.
La frescura de los vientos sobre los litorales.
La fragancia de los sándalos heridos.
La ternura de una caricia imprevista.
El embrujo de la noche en Katmandú.
El dorado movimiento de la hoguera.
El sabor de las ostras en la miel.
La posibilidad del regocijo perpetuo.
Juan Calzadilla (Venezuela)
Consejo para un joven poeta
Utiliza todo, la tapa de la alcantarilla,
la luna en el agua del retrete mirándose a solas,
la flor marchita en el pico de la manguera del extinguidor de incendio.
No dejes nada afuera: ni el hecho frotado con las yemas
de los dedos sobre el mostrador de vidrio
ni las moscas de los cubiletes de hielo dos noches después de la borrachera
ni la voz que sólo se extingue cuando apagas la radio.
Ni el portazo a medianoche frente a la calle
como boca de lobo sobre cuyo muro ciego imprimes
dando manotazos tus desafueros, tus penas
y las coces de tu grafitti que blasfema.
Jesús Gómez (Colombia)
Del aire
La palabra es el único pájaro
que puede ser igual a su ausencia.
Roberto Juarroz
1
Con qué silencio
duerme el pájaro en la noche
al otro lado de la reja.
2
En el cielo
los trazos de otras aves
piruetas hechas en el día.
3
Con qué soledad
descansa el pájaro
ahora que su corazón palpita más despacio
Pájaro que tiene alas y no sabe volar
Pájaro sin sol
Pájaro sin aire.
martes, 4 de enero de 2011
JAIME RODRIGO VILLANUEVA DONOSO (Chile)
¿Qué le han hecho a esos ojos?
Que no salen del cine,
que se quedan ahí
frente a la pantalla
insomne,
frente al movimiento
de las criaturas personajes
que transitan esas historias que nunca ocurrirán.
¿Qué le han hecho a esos ojos?,
que no leen ni los periódicos
que sólo se deslumbran con Greta Garbo
y otras más.
¿Qué estarán buscando y no encuentran?,
¿pretenderán vivir una vida irreal?,
¿se habrán olvidado para siempre de la realidad?
¿Qué le han hecho a esos ojos?
Que lloran tanto.
¿De qué serán esas lágrimas brillantes
que se asoman pálidas por la tenue luz?
¿Existirá una música que les interese?
¿Qué le han hecho a esos ojos?
Que no se mueven del lugar
ni coquetean con nadie,
tendría yo que estar en una película
para enfrentarlos de verdad, para verlos de frente.
¿Habrán visto ya todas las películas del mundo?
¿Qué le han hecho a esos ojos?
Que no me pueden mirar.
lunes, 3 de enero de 2011
DIMAS PARDO LÓPEZ
¡Ey!,¿ya te vas?
No hay musas pasajeras
pero está bien poder abrirle la ventana cuando quieren irse
te sientes más humilde
y la ves brillar y volar en un tembloroso zigzag
y sonar a campana
dejando detrás esquirlas en llamas
todo eso cuando se hacen
cada vez más pequeñita desde la ventana.
¡Ey! Ya no centellearan más para mí tus alas
ni dejaras la habitación perdida de purpurina
no más limpiar palabras doradas
no más clases de baile a horas que desconocía
no más vigilar que pierdas tu sonrisa.
Tengo que organizar esta habitación de nuevo
ordenar los papeles, igualar los cuadros
barrer un poco y preparar café
sentarme en el taller vacío
y sentirme aún más vacío
intentar reconstruirme en el sofá
y no pensar en los buenos tiempos,
ni en lo que nos hicimos pasar.
Pronto vendrá el frío
así que mejor cerrar la ventana
si vuelves, aparta la escarcha y llama
si, bueno, estoy lo suficientemente destruido
y desapareceré esperando el más mínimo ruido
pero aún puedo levantarme
si reconozco tras el cristal tu brillo.
JUAN CARLOS CÉSPEDES ACOSTA (Colombia)
Memoria contra el olvido
A Víctor Jara, una voz que no cesa.
Sé que tus manos
se hicieron pájaros antes de la muerte.
No supo el verdugo
lo imposible que fue matarte.
Los asesinos no saben
que los cantores no necesitan la voz
cuando el pueblo los canta.
Dicen que en el estadio de Santiago
por las noches se escucha tu voz
cantando "Te recuerdo Amanda"
y una bandada de aplausos
cruza la noche oscura buscando el alma.
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