viernes, 25 de noviembre de 2011

Charles Baudelaire (Francia)



Un hemisferio en una cabellera


Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir recuerdos al aire.

¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música.

Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y de mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana.

En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor.

En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en un diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes.

En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la no-che de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco.

Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes, me parece que como recuerdos.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Luis Cernuda (España, 1902-1963)




No es el amor quien muere...


No es el amor quien muere,
somos nosotros mismos.

Inocencia primera
Abolida en deseo,
Olvido de sí mismo en otro olvido,
Ramas entrelazadas,
¿Por qué vivir si desaparecéis un día?

Sólo vive quien mira
Siempre ante sí los ojos de su aurora,
Sólo vive quien besa
Aquel cuerpo de ángel que el amor levantara.

Fantasmas de la pena,
A lo lejos, los otros,
Los que ese amor perdieron,
Como un recuerdo en sueños,
Recorriendo las tumbas
Otro vacío estrechan.

Por allá van y gimen,
Muertos en pie, vidas tras de la piedra,
Golpeando la impotencia,
Arañando la sombra
Con inútil ternura.

No, no es el amor quien muere.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Roque Dalton (San Salvador)




Y sin embargo, amor


Y sin embargo, amor, a través de las lágrimas,
yo sabía que al fin iba a quedarme
desnudo en la ribera de la risa.


Aquí,
hoy,
digo:
siempre recordaré tu desnudez en mis manos,
tu olor a disfrutada madera de sándalo
clavada junto al sol de la mañana;
tu risa de muchacha,
o de arroyo,
o de pájaro;
tus manos largas y amantes
como un lirio traidor a sus antiguos colores;
tu voz,
tus ojos,
lo de abarcable en ti que entre mis pasos
pensaba sostener con las palabras.


Pero ya no habrá tiempo de llorar.


Ha terminado
la hora de la ceniza para mi corazón.


Hace frío sin ti,
pero se vive.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Tomás Segovia (Valencia, España)




Desnuda aún, te habías levantado...


Desnuda aún, te habías levantado
del lecho, y por los muslos te escurría,
viscoso y denso, tibio todavía,
mi semen de tu entrada derramado.

Encendida y dichosa, habías quedado
de pie en la media luz, y en tu sombría
silueta, bajo el sexo relucía
un brillo astral de mercurio exudado.

Miraba el tiempo absorto, en el espejo
de aquel instante, una figura suya
definitiva y simple como un nombre:

mi semen en tus muslos, su reflejo
de lava mía en luz de luna tuya
alba geológica en mujer y hombre.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Paolo Astorga (Perú)




Afuera


Afuera
sólo existe el estío.
Hay muchos rincones invisibles donde soñar
hay mucha arena para llenar nuestros zapatos,
y sólo hay un lecho
un nombre que abandona nuestras bocas.
Afuera
sólo silencio.
Viejos amores en cuclillas caminan dejando sus semillas
y detrás de sus espaldas
derriban las estatuas
sin saber nunca
que son ellos mismos
los que hirieren sus ojos bajo la luz
de un horizonte incomprendido.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Gérard de Nerval (Francia)




El desdichado


Yo soy el tenebroso, -el viudo, -el desdichado,
el príncipe de Aquitania de la torre abolida:
mi sola estrella ha muerto, -y mi laúd constelado
ostenta el negro Sol de la Melancolía.

En la noche de la tumba, tú que me has consolado,
devuélveme el Posílipo y el mar de Italia,
la flor que tanto gustaba a mi corazón desolado,
y el ramaje donde la vid se une a la rosa.

¿Soy Amor o Febo?… ¿Lusignan o Biron?
Mi frente aún está roja del beso de la reina;
he soñado con la gruta donde nada la sirena…

Y dos veces vencedor crucé el Aqueronte:
modulando por turno en la lira de Orfeo
los suspiros de la santa y los gritos del hada.

martes, 1 de noviembre de 2011

Pietro Aretino (Italia)




- 1 -


-Follemos, alma mía, vamos a follar
que para follar todos nacemos.
Si tu adoras el carajo, yo amo la higa,
y un carajo sería el mundo sin todo esto.

Y si follar después de muerto fuese honesto,
yo diría: -Moriremos de tanto follar
para más allá follar a Adán y a Eva,
que encontraron un morir tan deshonroso.

-De veras digo que si esos bribones
no hubieran comido la fruta traicionera,
sé que hoy no retozarían los amantes.

Mas dejémonos ya de cháchara. Hasta el
corazón
hinca el carajo, y haz que allí se parta
el alma, que en la verga nace y muere.

Y, si es posible, fuera
de la higa no dejes los cojones,
del placer de follar siempre testigos.


-2-


-Méteme un dedo en el culo, viejote
e híncame la verga poco a poco.
Alzándome bien esta pierna haz buen juego.
Luego menéate sin remilgos.

Que a fe mía esto es mejor bocado
que comer pan tostado junto al fuego.
Y si no te place la higa, cambia el sitio
que no es uno hombre si no es bujarrón..

-Quiero hacerlo en el coño esta vez,
y esta otra en el culo: la verga en coño y culo
me hará a mi feliz, y a vos feliz y beata.

El que quiere ser un gran maestro está loco,
pues no es más que un pajarito pierde tiempo
que en todo menos en follar se solaza.

Que la palme en el palacio
el cortesano, esperando que su rival muera,
que yo en darme a la lujuria solo pienso.